Se encuentra poca buenas noticias de los políticos, pasan los años y todo sigue igual.
Finales de 1989, la economía en llamas, las familias haciendo malabarismos con las monedas, los afortunados que tenían un trabajo, comerciantes que cerraban las puertas, y el Gobierno provincial en apuros nos mandaba un impuesto de emergencia.
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